El perro (Canis lupus familiaris) es un mamífero carnívoro doméstico de la familia de los cánidos, que constituye una subespecie del lobo gris. No obstante, su alimentación se ha modificado notablemente desde principios del siglo XX debido principalmente al estrecho lazo que existe con el hombre, hasta el punto en que hoy en día sea alimentado usualmente como si fuese un omnívoro. Su tamaño o talla, su forma y pelaje es muy diverso según la raza.
Posee un oído y olfato muy desarrollados, siendo este último su principal órgano sensorial. En las razas pequeñas puede alcanzar una longevidad de cerca de 20 años, con atención esmerada por parte del propietario, de otra forma su vida en promedio es alrededor de los 15 años.
Los perros son apreciados por su inteligencia. La inteligencia canina es la habilidad de un perro para aprender, para pensar y para resolver problemas. Los entrenadores de perros, los amos y los investigadores no se ponen de acuerdo en un método para probar la inteligencia canina tal y como existe para los humanos, a pesar de que la misma se evalúa tradicionalmente a través de la resolución de laberintos.Por su naturaleza sociable entienden la estructura social y las obligaciones, y a menudo aprenden rápidamente cómo comportarse con otros miembros del grupo, ya sean perros o humanos.
Los perros adultos modelan a sus cachorros mediante correcciones (auditivas o físicas) cuando no se comportan de la forma esperada y con premios si tiene comportamientos aceptables (jugando con ellos, alimentándolos, limpiándolos, etc.).
Una raza de perro está representada por un número suficiente de individuos que transfieren de manera estable sus características específicas a través de generaciones. Los perros de la misma raza tienen características similares en apariencia y comportamiento, sobre todo porque vienen de un sistema selecto de antepasados que tenían las mismas características.1 Los perros de una raza específica o raza verdadera, producen animales muy similar a los padres. Un perro se nombra miembro de una raza a través de pruebas de ascendencia, mediante el análisis genético (DNA) o registros escritos de su ascendencia (pedigree). Sin esas pruebas, la identificación de una raza específica no es confiable.2 Estos registros, llamado registro de raza, pueden estar en manos de particulares, clubes u otras organizaciones.
Muchas razas tradicionales de perros reconocidas por las principales asociaciones de registros caninos se denominan "razas puras". Solamente individuos cuyos padres y ancestros son de pura raza se consideran pertenecientes a dicha raza. Este concepto ha causado controversia debido a la dificultad de regulación y debido a las posibles consecuencias genéticas de una población limitada (endogamia). Se han realizado trabajos recientes para clasificar las distintas razas, con algunos resultados que sorprendían con respecto a las estimaciones de edad de la raza y sus interrelaciones con otras castas.
Generalmente, antes de que un tipo de perro se reconozca como de verdadera raza, debe demostrarse que el acoplamiento de un par de ese tipo produce siempre perros que tienen las mismas características que los padres, tanto en aspecto como en comportamiento. Esto se conoce como resultado positivo de raza. Existen muchos interrogantes relacionados con lo que se considera resultado positivo de raza.
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